Hace ya un buen montón de años, desde una plaza del centro de Bruselas que ni recuerdo el nombre, se accedía, bajando unas poco aconsejables escaleras, a una increíble tienda de vinilos que seguramente ya ni exista. Era una tienda atípica formada por tres o cuatro habitaciones contiguas que más asemejaban a una vivienda reconvertida. Todas las paredes estaban forradas de estanterías de arriba a abajo e incluso enmedio de las habitaciones habían muebles bajos con puertas correderas; y todo, hasta no caber ni la mano, llena de vinilos de 33 y 45 rpm.
En esa tienda, a la que ya no he vuelto a entrar, encontré joyas (cuando no existían los Cds y mucho menos internet), como una primera edición del mítico "Metal Machine Music" de Lou Reed; dos discos inencontrables de Georges Delerue como eran "Viva Maria!" o "Calmos" y la mítica y maravilosa edición de Decca Phase 4 del "Obsession" de Bernard Herrmann. Para compensar con tanto disco deseado, compré algunos que no me sonaban de nada y elegidos al azar guiándome sobre todo por el nombre del autor ó, sobre todo, por la portada del disco.
Uno de ellos fué "Winter Songs" de Art Bears.
Uno de ellos fué "Winter Songs" de Art Bears.
Ya el título prometía.. "Canciones de Invierno".
En los créditos aparecían tres nombres que ni me sonaban; Fred Frith en las cuerdas, Chris Cutler en la percusión y Dagmar Krause poniendo la voz.
Cutler, Frith, Krause
La portada estaba presidida por un sol con cara circunspecta en un paisaje campestre con un marco lleno de dibujos de pájaros a los lados y cuatro escenas en la parte inferior mostrando el paso de las cuatro estaciones sobre otro paisaje bucólico. La parte trasera del vinilo era un dibujo tirando a abstracto donde predominaba el color rosáceo con marcado caracter dramático, con un inquietante árbol rojizo en la paerte superior y en la que la mirada te llevaba a dos especies de figuras humanas que recorrían cabizbajas el caótico escenario.
Esperando música folk, me encontré con un disco muy muy raro (para lo que yo escuchaba en aquella época) de susurros, rasgueos de guitarra y percusiones imposibles. Me quedé tan cogido y perplégico que, con una especie de risa tonta, guardé el vinilo en su bolsita de plástico y lo guardé en el armario, con una cautela extrema, sin querer casi ni rozarlo, como el que recoge una caquita del perro en el parque con un trozo de papel y lo tira a un contenedor. Por cierto que las sensaciones que me produjo el disco no se pudieron ni comparar con la bofetada que fué escuchar el M.M.M. de Lou Reed; algún día espero saber si fué el primer gran paso de la humanidad hacia la música experimental que vino después, o una gran tomadura de pelo del bueno de Reed en venganza a su discográfica.
Esperando música folk, me encontré con un disco muy muy raro (para lo que yo escuchaba en aquella época) de susurros, rasgueos de guitarra y percusiones imposibles. Me quedé tan cogido y perplégico que, con una especie de risa tonta, guardé el vinilo en su bolsita de plástico y lo guardé en el armario, con una cautela extrema, sin querer casi ni rozarlo, como el que recoge una caquita del perro en el parque con un trozo de papel y lo tira a un contenedor. Por cierto que las sensaciones que me produjo el disco no se pudieron ni comparar con la bofetada que fué escuchar el M.M.M. de Lou Reed; algún día espero saber si fué el primer gran paso de la humanidad hacia la música experimental que vino después, o una gran tomadura de pelo del bueno de Reed en venganza a su discográfica.
Escuchado hoy, "Winter Songs" es un disco muy recomendable e interesante; algo frío, eso si, como justificando su título.
Art Bears
Toda esta introducción viene al caso para mostrar mi primera toma de contacto con el dúo Fred Frith y Chris Cutler. Ellos participaron, antes de Art Bears, en el mítico grupo "Henry Cow" allá por los 60. Estamos hablando de los orígenes de la corriente R.I.O. los orígenes de la música experimental y de vanguardia.
Henry Cow fué formada por el propio Fred Frith y Tim Hodgkinson y fueron teloneros de los mismísimos Pink Floyd en los años anteriores incluso del explosivo "Ummmagumma". Después de varias incorporaciones y deserciones, llega en 1972 al grupo Chris Cutler. En 1973 lanzan su primer largo "Legend" editado por Virgin, que en aquella época contaba en sus filas con un joven músico que participó en las grabaciones de los primeros discos de Henry Cow; Mike Oldfield.
El grupo editó 5 largos y un montón de grabaciones y se disolvió en 1978. Hoy en día se recuerda como un grupo mítico en la escena vanguardista y de necesaria revisión.
Han pasado ya un montón de años...
Nos situamos en 2005; John Zorn, el visionario, funda en New York la sala "The Stone", templo de la música avanzada; un lugar donde noveles músicos tienen la oportunidad de darse a conocer en el mundo de la música avanzada. Sin ánimo de lucro y solo con la necesidad de que se autofinancie, John Zorn ampara este proyecto que debería ser patrimonio cultural.
Para asegurar su continuidad, John Zorn ha organizado de vez en cuando unos conciertos con artistas consagrados; grabaciones que son editadas en el sello del propio John Zorn. El primero fué una reunión de nombres consagrados como el propio John Zorn, Mike Patton, Dave Douglas, Bill Laswell, Ben Perroswsky y Rob Burger. Disco comentado aquí. Para el segundo disco, John Zorn cuenta con estos dos mastodontes de la música avanzada, precursores de todo lo que vino después y a quien tanto deben todos los que rodean en universo Zorn:
Fred Frith y Chris Cutler: "The Stone: Issue two" (2007)
Después de la primera audición hay tres cosas que me llaman poderosamente la atención; en general, y tratándose de una grabación en directo, es un disco de asimilación, digamos, granítica e indigesta; segundo, para hacerlo aún más complejo es un disco de una única pieza de 51 minutos llamado "Live At The Stone"; por último, destacar que son solo dos músicos, pero suena como si fueran seis.
"Live at the Stone" es un monumento sonoro cuya única estructura es la de la improvisación en tiempo real. Fred Frith es capaz de sacar mil sonidos de su guitarra, rasgándola, golpeándola, distorsionándola; y lo mismo Chris Cutler en la percusión y usando efectos electrónicos audibles a lo todo lo largo del disco; golpes en el suelo y cualquier otro recurso para crear sonido están presentes en toda la obra.
Música paisajística, enigmática y sobre todo intuitiva; los dos están en todo momento al quite de las improvisaciones que van surgiendo, acoplándose ambos perfectamente y demostrando lo músicos que son y la técnica y la experiencia adquirida en años.
Música paisajística, enigmática y sobre todo intuitiva; los dos están en todo momento al quite de las improvisaciones que van surgiendo, acoplándose ambos perfectamente y demostrando lo músicos que son y la técnica y la experiencia adquirida en años.
Si bien es un disco que gana con sucesivas audiciones, a mi personalmente me deja un poco con ganas de más; me deja un pelín frío. Me da la impresión que si hubiesen preparado un poco el concierto hubiese sido quizás un poco más asequible y cálido.
En cualquier caso es un disco históricamente memorable e imprescindible, aunque sea solo por el reencuentro de estas dos figuras de la música avanzada.
Créditos:
Drums, Electronics, Performer [Detritus] – Chris Cutler
Guitar – Fred Frith
Mastered By – Scott Hull
Producer – John Zorn
Recorded By – Robert O'Haire
Guitar – Fred Frith
Mastered By – Scott Hull
Producer – John Zorn
Recorded By – Robert O'Haire